Caracteristicas

  • Hace algo más de un siglo, hacia el mes de agosto de 1901, abría sus puertas, en el número 70 de la calle Bailén, de Barcelona (España), un centro educativo que se proponía transformar radicalmente la experiencia pedagógica en sentido crítico, laico, racionalista y libertario. Definido como un proyecto pedagógico innovador, estrechamente vinculado con la clase obrera y con el movimiento libertario, la Escuela Moderna -fundada por Francisco Ferrer Guardia- cerró sus puertas en 1906.

    "En la Escuela Moderna los niños y las niñas tendrán una insólita libertad, se realizarán ejercicios, juegos y esparcimientos al aire libre, se insistirá en el equilibrio con el entorno natural y con el medio, en la higiene personal y social, desaparecerán los exámenes y los premios y los castigos", explicaba Ferrer Guardia antes de la creación del centro educativo.

    "Los alumnos visitarán centros de trabajo -fábricas textiles, especialmente- y harán excursiones de exploración. Las redacciones y los comentarios de estas vivencias por parte de sus mismos protagonistas se convertirán en uno de los ejes del aprendizaje. Y esto se hará extensivo a las familias de los alumnos, mediante la organización de conferencias y charlas dominicales".

    Ferrer pretendía una educación basada en la evolución real y psicológica del niño, individualizada. "La ciencia sobre los niños, que tanto ha avanzado - afirmaba- no se debe utilizar contra ellos, sino a su favor y del desarrollo espontáneo de sus facultades, a fin de que puedan buscar libremente la satisfacción de sus necesidades físicas, intelectuales y morales".

     

    La Escuela Moderna proponía, además, una educación basada metodológicamente en la ayuda mutua, en la solidaridad entre los hombres y la crítica de las injusticias. "La Escuela Moderna se plantea como un ejemplo de pedagogía militantemente racionalista que, fundamentándose en la educación integral y en la coeducación pueda romper el muro del dogmatismo intelectual y de la falsa moral impuesta a golpe de autoridad, convirtiéndose en un núcleo de permanente promoción de la emancipación social", se lee en el sitio web de la Fundación Francisco Ferrer Guardia.

    Luego de la clausura del centro, en 1906, Ferrer Guardia no abandona, no obstante, su ideal pedagógico y es elegido presidente del comité directivo de la Liga Internacional para la Educación Racional de la Infancia, un organismo de promoción de las dinámicas educativas inspiradas en la Escuela Moderna. Algunos de los principios de la liga establecían que la educación de la infancia debe fundamentarse sobre una base científica y racional; que la instrucción debe comprender también, junto a la formación de la inteligencia, el desarrollo del carácter, la cultura de la voluntad, la preparación de un ser moral y físico bien equilibrado; y que la educación moral, mucho menos teórica que práctica, debe resultar principalmente del ejemplo.

    Tal como expresa el sitio de la fundación que lleva su nombre: "la huella de la Escuela Moderna y del proyecto ferreriano arraigará, además, en diversas escuelas laicas y racionalistas que irán surgiendo por el resto de Cataluña, el resto de España e incluso América Latina".

    El movimiento de educación racionalista está fuertemente arraigado por todo el mundo, contando para ello, con "The education revolution, the alternative education resource organization", una organización internacional, fundada en 1989, que se encarga de coordinar y poner en contacto a escuelas y proyectos educativos racionalistas, con 30 países y más de 300 escuelas de todo el mundo relacionados entre sí, para la difusión de los métodos de la pedagogía racionalista.


             

 

 

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